Doble Vínculo en la relación de pareja

Una forma de comunicación muy común en las parejas y que afecta a ambos miembros, debido a que se crea un juego sin fin en el que ninguno resulta ganador, es la de doble vínculo.

En la década de los años cincuenta del siglo XX, Gregory Bateson encabezaba un proyecto de investigación en Palo Alto, California, y entre otros objetivos, se tenía el de estudiar las pautas de transacción esquizofrénica. Para él, la familia es un contexto básico de aprendizaje y consideró entonces, que la familia de un paciente esquizofrénico pudiese moldear sus formas peculiares de comunicación. Sus estudios lo llevaron a concluir que la familia podía fomentar y hasta exigir de alguna manera que el paciente mostrara un comportamiento irracional. Como resultado de sus investigaciones, Bateson desarrolló la teoría del doble vínculo o doble atadura como también es conocida.

“La doble atadura describe un contexto de habituales callejones sin salida en la comunicación, impuestos unos a otros por personas que se encuentran dentro de un sistema de relación. En algunas circunstancias, estos callejones sin salida parecen provocar las respuestas conocidas en su conjunto como esquizofrenia. Una doble atadura era, en esencia, una comunicación en la que una demanda manifiesta en un nivel era solapadamente anulada o contradicha en otro nivel” (Bateson, citado en Hoffman, 1998; p. 29).

Para que se establezca un doble vínculo se requieren algunas condiciones:

Una orden negativa primaria: “No hagas eso”.

Una orden negativa secundaria a otro nivel (tono de voz, gestos, ademanes), que entra en conflicto con el primero: “No atiendas a lo que te digo”.

Una orden que prohíbe todo comentario (generalmente a nivel no verbal) y otra que prohíbe a la persona abandonar el campo (como cuando la persona es un niño). NO HAY ESCAPATORIA.

Una situación que posee un gran valor para la supervivencia física y/o psicológica (interacción parento-filial, dependencia material, amistad, amor) por lo que es vital que la persona que recibe los mensajes los discrimine correctamente, aunque no es fácil lograrlo.

Una vez establecida la pauta de comunicación de este tipo, sólo es necesario un pequeño recordatorio de la secuencia para producir reacción de miedo o de ira.

Martínez (2006), menciona que una de las formas de comunicación tiene que ver con las paradojas, las cuales son una forma de callejón sin salida en el que los comunicantes quedan entrampados en una situación sin opciones de comportamiento adecuadas.

Andolfi (1993; citado en Martínez, 2006; p. 76) menciona que: “Se puede definir como ‘paradojal’ una situación en que una afirmación es verdadera si es falsa, y sólo si lo es; esto deriva del hecho de que se emiten contemporáneamente dos mensajes que resultan prácticamente incompatibles entre sí”.

Aplicando estas condiciones a una relación de pareja, se puede ejemplificar de la siguiente manera:

El esposo que pide a la esposa que no lo llame a la oficina porque lo interrumpe en su trabajo y porque además lo presiona sintiéndose vigilado por ella.

La orden contradictoria resulta cuando el esposo reacciona disgustado sin querer hablar con la esposa porque ésta no lo llamó a la oficina.

NO HAY ESCAPATORIA porque si la esposa llama al marido éste se molesta y si no lo llama también. Además, si la esposa depende económicamente del esposo y tiene hijos (as), es difícil que abandone el juego en el que siempre pierde.

La esposa trata constantemente de discriminar correctamente el mensaje y de actuar de la manera adecuada para evitar conflictos con la pareja, pero haga lo que haga será criticada y quedará mal. Se puede sentir culpable si tiene conciencia de la contradicción, por tener percepciones correctas.

Tan sólo ante el inicio de la cadena, la esposa siente impotencia y frustración pues está atrapada en dos instrucciones mutuamente incompatibles pero que se le exige cumplirlas. Ella siempre pierde.

Castañeda (2002) señala que el doble vínculo tiene consecuencias graves en cualquier relación pues la persona atrapada nunca entiende qué es lo que realmente la otra persona exige de ella y esto la lleva a dudar de sí misma. Así, el doble vínculo es una forma de descalificación permanente pues el mensaje implícito es: “hagas lo que hagas, siempre estarás equivocada”.

Como puede notarse, el doble vínculo lleva a la imposibilidad de solucionar los problemas puesto que éstos nunca quedan planteados claramente. Por lo general, la persona atrapada tiende a buscar indicios, inherentes a la situación, que la lleven a la solución. No obstante, sólo se desespera porque no los va a encontrar, haciendo su búsqueda interminable. Watzlawick, Beavin y Jackson (1986) mencionan que otra forma de reaccionar ante el hecho de estar atrapado en un doble vínculo, sería obedecer a todos los mandatos de manera literal y abstenerse manifiestamente de todo pensamiento independiente, pero tal conducta parecería tonta a cualquier observador, ya que la incapacidad de discriminar entre lo plausible de lo no plausible, es muy tonto.




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