El proceso llamado Globalización



Al termino del siglo XX, el género humano experimentó un aumento en la dispersión de la información, acompañado por un creciente abuso en el manejo de las palabras y de sus significados; un claro ejemplo se encuentra en la palabra globalización, un vocablo que se puso de moda durante la década de los noventa, y que es utilizado como título y/o tema en libros, artículos de revista, conferencias, cursos universitarios y en múltiples foros y reuniones de organismos internacionales, entre públicos, cámaras, sindicatos, etc.

Sin embargo, este concepto no se adoptó de forma aislada, sino más bien debido a la necesidad de ordenación del sistema económico que ejerce hegemonía desde hace ya mucho tiempo: el capitalismo; en este contexto surgen nuevas formas de regulación en el modo de generar capital, ligado a esto se encuentra el concepto de modos de producción.

En este sentido, es posible mencionar al taylorismo, fordismo, posfordismo y toyotismo como los más relevantes procesos de producción; así, el primero de ellos es el que abrió las puertas para una nueva forma de gestión de personal. Con respecto a esto, Mazo (2008), menciona cinco aspectos importantes del taylorismo: 
 
1.      Delegar toda la responsabilidad de la organización del trabajo en el directivo. 

2.      Utilizar métodos científicos para determinar el modo más eficiente de realizar el trabajo (observación, análisis de tiempos y movimientos, diseño de herramientas especificas, etc.). 

3.      Seleccionar a la mejor persona para realizar cada trabajo concreto. 

4.      Instruir al trabajador para hacer el trabajo eficientemente. 

5.     Controlar el rendimiento del trabajador para asegurar que se han seguido los procedimientos adecuados del trabajo y se han conseguido los resultados deseados (trabajo a destajo y pago mediante a incentivos).

Por otro lado, Piñero (2004), menciona que en lo referente a procesos de producción, el fordismo supera al taylorismo con base a dos principios complementarios. El primero, es la integración de los diferentes segmentos del proceso de trabajo mediante un sistema de guías y medios de mantenimiento que permiten el desplazamiento de las materias primas en proceso de transformación y su conducción ante las máquinas-herramienta. El segundo principio, es la asignación de los puestos de trabajo en función de la configuración del sistema de máquinas.

Así, una transformación a este modo de producción es el posfordismo que, en general, tiene los mismos principios, pero en este caso, se apoya en un método de gestión laboral basado en computadoras.   

Por último, el toyotismo se basa esencialmente en dos grandes pilares: la innovación en la gestión del trabajo en los talleres y en los mecanismos de control interno de la empresa. La premisa básica para el éxito de este sistema de producción, consiste en el establecimiento de lo que se denomina flujo de producción, que requiere como condición necesaria para su desarrollo, establecer previamente un flujo de trabajo en el proceso de fabricación. Un flujo de trabajo, significa que se añade valor al producto en cada proceso mientras va avanzando (Torres y Montero, 1993).

A partir de todo este contexto, es como se da el proceso llamado globalización, sin embargo, aunque el concepto es utilizado en diferentes sentidos e interpretado en distintas maneras, es posible mencionar algunos hitos al momento de definir este sistema. En este sentido Dabat (1999), menciona que podría considerarse a la globalización como la nueva configuración de la economía y la sociedad mundial que resulta del desbordamiento de la capacidad normativa de los Estados nacionales por la interdependencia de las nuevas relaciones comunicativas, económicas, ambientales, sociales y culturales, que han sido el resultado de tres grandes procesos históricos: la revolución informática y de las comunicaciones, la reunificación del mercado mundial y la reestructuración posfordista y de mercado en el capitalismo.
Siguiendo esta perspectiva, es inverosímil plantear la idea de que no hubo un cambio en la estructura mundial, asímismo, este proceso dialéctico traerá consigo alteraciones subjetivas en su expresión y en su recepción, esto a su vez, es un elemento que genera desigualdad en las distintas regiones y países del mundo, sin embargo, la adaptación dependerá de factores tan diversos como el desarrollo relativo del capitalismo en las diferentes partes del mundo, las especifidades históricas, geográficas, sociales o culturales, la profundidad de los procesos de reestructuración e inserción en el mercado mundial o las diferentes políticas nacionales (Dabat, 1993).

Así, queda claro el reconocimiento de que este proceso es una realidad que deja atrás las conceptualizaciones abstractas y recae más en el plano de lo factual, por tanto, la globalización es el corolario de un continuo histórico y su manifestación actual es más compleja de lo que nos imaginamos (Rocha, 2005). Como todo resultado de la invención humana, su curso, sus consecuencias y, sobre todo, sus potencialidades, dependerán de la forma en cómo se aborden los grandes retos que se plantean y, en particular, de la forma en que cada país diseñe y lleve a cabo su propio desarrollo en el marco de un mundo globalizado.



REFERENCIAS

Dabat, A. (1993). El mundo y las naciones, CRIM, UNAM: México.

Dabat, A. (1999). “La globalización en perspectiva histórica”. En Muñoz, H. y Rodríguez, R. (Editrs). La sociedad mexicana frente al tercer milenio. México: Miguel Ángel Porrua.

Mazo, I. (2008). Estrategias de capital humano. F. W. Taylor y la gestión de personas. Capital humano. 220, 16-17.

Piñero, F. (2004). El modo de desarrollo industrial Fordista-Keynesiano: características, crisis y reestructuración del capitalismo. Contribuciones a la economía. 1-18.

Rocha, R. (2005). Crecimiento económico y equidad: ¿traedoff en las estrategias de desarrollo en un mundo globalizado? Polis: Investigación y Análisis Sociopolítico y Psicosocial, 1 (2), 151-168.

Torres, J. y Montero, A. (1993). ¿Del fordismo al toyotismo? Cuadernos, 24, 47-59.  

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