Análisis del libro: Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción.
En un sentido indescriptible, el libro de Volpi
argumenta una maravillosa relación entre la literatura (la ciencia ficción) y
los procesos cognitivos superiores del ser humano, comenzando por contraponer la
idea paradigmática de que la literatura tiene como objetivo la distracción del
lector.
Por otra parte, una de
las ideas centrales de su escrito y que me parece muy importante tomar en
consideración, es la de que el arte no puede sino perseguir una meta ambiciosa:
hacernos auténticamente humanos. Esto es reforzado en los argumentos que él menciona
a lo largo de sus páginas, al sugerir que “si
la ficción es una herramienta tan poderosa para explorar la naturaleza humana,
es porque la ficción también es la realidad. Una vez que las percepciones
arriban al cerebro, este órgano húmedo y tenebroso codifica, procesa y a la
postre reinventa el mundo… A causa de ello, la ficción resulta capital para
nuestra especie… La literatura nos hace humanos”.
Así, en una perspectiva
personal, este argumento toma sentido por el hecho de señalar, que al momento
en que nos adentramos en un mundo de ficción (teatro, videojuegos, literatura,
etc.) experimentamos, como él lo menciona, en carne propia y sin ningún límite,
todas las complejidades de la experiencia humana, ¡y sí!, es posible predecir cómo
es que podríamos actuar en un contexto similar al expuesto en esos mundos
imaginarios e inclusive también percibir todas las sensaciones que un autor
describe en un libro, poder imaginarse dentro de los escenarios de los
videojuegos, sentir lo que actores en las obras de teatro expresan, etc.; en
síntesis, aseverar que la ficción también es la realidad, considero que es la
hipótesis central de la obra de Volpi.
En este sentido, a mi
parecer, pienso que una de las aportaciones relevantes que realiza el autor, es
la que se refiere a que, leer cuentos y novelas no
necesariamente nos hace mejores personas, pero, el no hacerlo limita las
posibilidades de comprender la realidad, es decir, que la ficción puede
conseguir que las condiciones humanas mejoren, al desarrollarse diversos rasgos
de nuestra personalidad, como la empatía, la caridad, la solidaridad, la
interacción social, entre otras. Así, me parece interesante el análisis que
realiza sobre cómo escribir, especialmente sobre la ficción, ya que menciona
que es un adiestramiento extremo que requiere del deseo de transmitir a otras
conciencias las emociones propias y, por otro lado, leer ficción, es un desafío
creativo al perecer a otras vidas y otras emociones; y en palabras de Volpi: “leer es un combate cuerpo a cuerpo entre el
autor y el lector ante el desarrollo del texto.
Esto pone en contraste las idea
errónea que, en lo personal, tenia acerca de las novelas o de la ciencia
ficción, en un sentido práctico, admito que lo único de ficción que había
experimentado era en relación con películas y con videojuegos, sin embargo,
tomando esta perspectiva panorámica que Volpi expone en su libro, me llama
mucho la atención el hecho de comprobar sus argumentos relacionados al yo, acerca de que la ficción crea la
realidad, que una buena novela en realidad es un tratado del yo, y por último la relación de la
imitación y las neuronas espejo, con nuestra realidad: “La imitación, mecanismo
esencial para nuestra supervivencia, se halla en la base de ese extraño
comportamiento, tantas veces vilipendiado o menospreciado, que conocemos como empatía. Me meto en tu pellejo para
averiguar si eres amigo o enemigo, si me tenderás la mano o me clavarás un
cuchillo en la espalda y, al hacerlo, te conozco mejor —y de paso me conozco
mejor a mí mismo. El inmenso poder de la ficción deriva de la actividad misma
de las neuronas espejo —y de ellas se desprende una idea todavía más amplia y
generosa, la humanidad.
En este sentido, el libro me pareció muy bueno,
es un gran aporte de Volpi, que al no ser psicólogo, habla de manera concreta
de procesos cerebrales, del yo y
además, que todo esto lo relacione con la necesidad que deberíamos tener hacia
la lectura, ya que eso simplemente nos ayudará a entender nuestro contexto,
nuestra experiencia e inclusive poder entender a los demás, ya que nos formamos
a partir del otro y, como lo menciona él, leer y escribir no son juegos solitarios, sino juegos de pareja,
“leer a los otros, es decir, leer sus cuerpos para
tratar de leer sus mentes, es una actividad que se
aprende y refina con el tiempo tras observar a cientos o miles de personas o,
minuciosamente, a una misma —a ti.
REFERENCIAS
Volpi, J. (2011). Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción. México: Santillana Ediciones.
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